Día Cuatro: El Fruto del Espíritu es la Paciencia
Oración inicial diaria
V: El señor este contigo.
R: Y con tu espíritu.
V: Oremos:
Oh Dios, que llenaste al Sacerdote y Mártir San Maximiliano Kolbe de un ardiente amor a la Inmaculada Virgen María y de celo por las almas y amor al prójimo, concédeme bondadosamente, por su intercesión, que luchando por tu gloria sirviendo con ardor a los demás, que seamos conformados, incluso hasta la muerte, a tu Hijo. Quien vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
R: Amén.
Una lectura de la carta de Santiago (1, 1-4 y 5, 7-11)
Santiago, servidor de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de la Dispersión. Hermanos, alégrense profundamente cuando se vean sometidos a cualquier clase de pruebas, sabiendo que la fe, al ser probada, produce la paciencia. Y la paciencia debe ir acompañada de obras perfectas, a fin de que ustedes lleguen a la perfección y a la madurez, sin que les falte nada.
Tengan paciencia, hermanos, hasta que llegue el Señor.
Miren cómo el sembrador espera el fruto precioso de la tierra, aguardando pacientemente hasta que caigan las lluvias del otoño y de la primavera. Tengan paciencia y anímense, porque la Venida del Señor está próxima. Hermanos, no se quejen los unos de los otros, para no ser condenados. Miren que el Juez ya está a la puerta. Tomen como ejemplo de fortaleza y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. Porque nosotros llamamos felices a los que sufrieron con paciencia. Ustedes oyeron hablar de la paciencia de Job, y saben lo que hizo el Señor con él, porque el Señor es compasivo y misericordioso.
De los escritos de St. Maximiliano Kolbe (KW 46 y 56)
Trabajemos con prudencia, paciencia, humildad, pero con constancia, purificando continuamente nuestras intenciones, para cumplir solamente la voluntad de Dios por medio de la Inmaculada, ayudándonos recíprocamente con la oración, el consejo y la acción.
Dejémonos, pues, guiar; estemos tranquilos, tranquilos; no pretendamos hacer más de lo que Ella quiere, o más pronto. Dejémonos llevar por Ella; Ella pensará en todo, proveerá a todas nuestras necesidades tanto del alma como del cuerpo; ofrezcamos a Ella toda dificultad, todo disgusto y confiemos en que Ella pensará en todo mejor que si no lo es caerá nosotros. Por la tanto, paz, paz, mucha paz en la ilimitada confianza en Ella. Nada en la M.I. lo hemos hecho nosotros ni tampoco sabemos o podemos llevarla adelante. Sí la M.I. es cosa de la Madrecita, los obstáculos la harán más fuerte y si no lo es caerá por sí misma; ´¿por qué tendría que interesarla?
Por otra parte, si la Madrecita no quisiera que la M.I. durase más y se contentase con lo hecho hasta ahora, Ella es nuestra Señora; que haga lo que le parezca.
Ocupémonos, pero no nos preocupemos. Es necesario que las tribulaciones exteriores e interiores, los fracasos, la desgana, el cansancio, las burlas y otras cruces nos purifiquen y fortalezcan. Hay que tener paciencia también con uno mismo y hasta con el Buen Dios, que nos prueba por amor.
Oración de Novena
Se puede utilizar una de las siguientes oraciones.
Oración para la Novena en honor de San Maximiliano Kolbe
Oh Señor, Jesucristo, que dijiste, “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” por la intercesión de San Maximiliano Kolbe cuya vida ilustró tal amor, te rogamos que nos concedas nuestras peticiones (mencione sus peticiones aquí).
Por el movimiento de la Milicia de la Inmaculada, que él fundó, Maximiliano extendió una devoción fervorosa a Nuestra Señora alrededor del mundo. Entregó la vida por un extraño y amó a los que lo perseguían, dándonos un ejemplo de amor desinteresado por todos los hombres – un amor inspirado por la verdadera devoción a María Concédenos, oh Señor Jesucristo, que nosotros también podamos entregarnos totalmente y sin reservas al amor y servicios de nuestra Reina Celestial para poder amar y servir mejor a nuestro prójimo en imitación de tu humilde siervo, Maximiliano. Amén.
Se dice tres Aves María y un Gloria al Padre
Oración en honor de San Maximiliano Kolbe, modelo de evangelista mariano
Oh misericordiosísimo Dios, hiciste de San Maximiliano Kolbe uno de los evangelistas católicos más destacados del siglo veinte.
Por medio del movimiento de la Milicia de la Inmaculada que él fundó, Maximiliano sembró las verdades de la Inmaculada Concepción y Tu plan misericordioso para con nosotros en incontables corazones, llevándolos hacia la plena conversión en la fe y en la esperanza, hacia una obediencia y unión perfecta con el Corazón de Jesús, y hacia el cumplimiento completo de la Nueva Alianza.
Hiciste que él diera mucho fruto al cargar la cruz del sufrimiento con dignidad y esperanza, al amar a sus perseguidores, y en dar la vida por un hombre completamente desconocido. Por su intercesión, concédenos nuestras peticiones … (mencione sus peticiones). Danos una dignidad y una esperanza en medio de nuestros sufrimientos y sacrificios, y, si es para Tu glorificación, sánanos de todas nuestras enfermedades, físicas y espirituales.
Por último, permítenos seguir, con María, su ejemplo de evangelismo católico efectivo para que vuelvan a Ti todas las masas de la humanidad, cada persona, familia, sociedad y cultura de nuestro tiempo y de todo el tiempo venidero. Amén.
Se dice tres Aves María y un Gloria al Padre
Responsorio en honor de San Maximiliano Kolbe
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Dios, nuestro Padre en el Cielo,
recibe nuestras humildes súplicas.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
sálvanos.
Dios, Espíritu Santo,
llena nuestro corazón con Tu amor.
Santísima Trinidad, un solo Dios,
danos Tu salvación.
Santa María, Madre de Nuestro Salvador,
intercede por nosotros.
San Maximiliano Kolbe, enamorado del grandísimo corazón de Dios y del hombre,
ora por nosotros.
Seguidor fiel de San Francisco de Asís,
enséñanos tu dedicación total a la vida evangélica.
Hombre de fe viva,
llévanos a creer como tú lo hiciste.
Valiente Caballero de la Inmaculada,
ayúdanos a ser instrumentos de María.
Apóstol de la Medalla Milagrosa,
danos confianza en María, la Madre de Jesús.
Modelo de vida religiosa,
auxílianos para que seamos pobres, castos y obedientes, según nuestra condición en la vida.
Tú fomentaste la unión de todos los cristianos,
enséñanos a respetar todos los que creen verdaderamente en Dios.
Tú pusiste en práctica la pobreza y la sencillez,
anímanos a vivir una vida modesta.
Ejemplo de inocencia angelical,
elévanos para que con servemos puros nuestro corazón y nuestra mente.
Apóstol del ejemplo cristiano,
enséñanos a recordar lo que dijo e hizo Jesús.
Ángel de la paz y la reconciliación,
inspíranos a ser ejemplo vivo de la paz de Dios.
Tú fuiste leal a las enseñanzas de Cristo,
enséñanos la misma fidelidad.
Apóstol de los medios de comunicación,
ayuda a nuestros periodistas a que sean impulsores de la verdad y la bondad.
Educador de la juventud,
eleva a nuestros jóvenes para que encuentren el sentido verdadero en su vida.
Defensor de la moralidad y valores cristianos,
protégenos de la inmoralidad en nuestro medio.
Apóstol celoso de Nagasaki en Japón,
defiéndenos de la destrucción nuclear.
Gran misionero de nuestros tiempos,
ayúdanos a participar en la evangelización del mundo.
Tú que oraste por tus opresores,
enséñanos cómo perdonar y olvidar.
Tú que respetaste a toda persona,
ayúdanos a ver la imagen de Dios en todo ser humano.
Tú que viste la voluntad de Dios en tus sufrimientos,
intercede a favor de los enfermos y aquellos que padecen de una enfermedad en fase terminal.
Víctima de la violencia y del odio,
enséñanos cómo amar a nuestros enemigos.
Tú que te ofreciste voluntariamente a morir por otro,
con duce a muchas personas a que ofrezcan sus talentos en el servicio.
Tú que compartiste un pobre pedacito de pan con tus compañeros prisioneros,
intercede a favor de los que tienen hambre y que están muriendo de inanición en este mundo.
Víctima de la exterminación planeada,
inspira a nuestros doctores y enfermeras a que protejan la vida humana.
Tú que moriste por un padre de familia,
restaura la dimensión cristiana a la vida de familia.
Socorriste a los prisioneros moribundos,
quédate también a nuestro lado en la hora de nuestra muerte.
Patrono de los moribundos,
intercede por los que agonizan de mente y de cuerpo.
Tú que estabas unido con Cristo en el sufrimiento,
ayúdanos a comprender que no sufrimos a solas.
Tú que moriste por inyección letal,
ayuda a todos los que son adictos a las drogas y al alcohol.
Mártir de Auschwitz,
ayúdanos a soportar con paciencia nuestros sufrimientos.
San Maximiliano Kolbe,
enséñanos que sin el sacrificio no hay prueba de amor.
Cordero de Dios,
que quitas el pecado del mundo, oye nuestra oración.
Cordero de Dios,
que quitas el pecado del mundo, recibe la intercesión de Tus santos.
Cordero de Dios,
quitas el pecado del mundo, a Ti toda gloria en el Cielo y en la tierra.
Oración final
V: Oremos.
Dios todopoderoso y eterno, nos diste en la persona de San Maximiliano un ejemplo de verdadera devoción a la Madre Inmaculada de nuestro Salvador y de amor desinteresado al prójimo. Concédenos, te suplicamos por su intercesión, que podamos crecer en nuestra comprensión del amor a la Inmaculada; para que reconozcamos su presencia, su voz, su amor y su poder con nosotros y nos llenemos de un ardiente deseo y voluntad de cumplir su voluntad en cada detalle, y así seamos partícipes y verdaderos instrumentos de su más perfecta respuesta a ti, en el Espíritu Santo por medio de Cristo nuestro Señor.
R: Amén.
V: Que el Señor nos bendiga, nos proteja de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R: Amén.