Día Uno: La Inmaculada
Esta novena incluye: oración inicial diaria, lecturas de los escritos de San Maximiliano Kolbe (KW), intención de oración, “Gracia para hoy” y oración final diaria.
Oración de apertura diaria
Eres toda hermosa, María,
y la mancha original no está en ti.
Eres la gloria de Jerusalén,
tú eres la alegría de Israel,
das honor a nuestro pueblo.
Eres la defensora de los pecadores.
Oh María,
Virgen prudente,
Madre misericordiosa,
ruega por nosotros, intercede por nosotros,
con el Señor Jesucristo.
Oh Dios, que por la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen preparaste una morada digna para tu Hijo, concede, te rogamos, que, así como la preservaste de toda mancha en virtud de la muerte de tu Hijo, que previste, así, por su intercesión, nosotros también podemos ser limpiados y admitidos en tu presencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Una lectura de los escritos de San Maximiliano Kolbe
Las palabras humanas no pueden describir a Aquella que llegó a ser verdadera Madre de Dios. A decir verdad Ella, por sí misma, es solo una criatura, y sin embargo es un ser tan elevado por Dios que sería necesario comprender quién es Dios para comprender quién es la Madre de Dios.
Ella es verdadera Madre de Dios. Es dogma de fe.
Aunque la dignidad de la Maternidad divina constituya la razón principal de todos sus privilegios, la primera gracia que Ella recibió de Dios fue su Inmaculada Concepción, la exención de cualquier mancha, hasta del pacado original, desde el primer instante de su existencia.
Este privilegio, además debe serle muy grato, si Ella misma en Lourdes se llamó: “Yo soy la Inmaculada Concepción “. En esa ocasión Ella no dijo: “Yo he sido concebida sin pecado“, sino: “La Inmaculada Concepción“; por consiguiente Ella es la pureza misma. A decir verdad, Ella es una concepción, ya que empezó a existir en el tiempo, pero es Inmaculada Concepción. Dios dijo a Moisés: “Yo soy el que soy“ [Ex 3,14]: Yo soy la existencia misma, por tanto no tango principio; la Inmaculada, al contrario, dice de sí misma: “Yo soy Concepción”, pero, al contrario de los demás seres humanos, la “Concepción Inmaculada”.
Intención de oración
Por la Iglesia Católica en todo el mundo y en nuestro país.
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria.
Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti, y por todos aquellos que no recurren a ti, especialmente los enemigos de la Santa Iglesia y todos aquellos que te son recomendados.
Gracia para hoy
Gratitud por el regalo de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, concedido a Ella por el bien de todos.
Oración final diaria
¡Virgen Inmaculada!
Tu impecable belleza espiritual
es para nosotros una fuente viva de
confianza y esperanza.
Tenerte como Madre, Virgen Santísima,
nos tranquiliza en el camino de la vida
como promesa de salvación eterna.
Por esto, oh María,
recurrimos a ti
con confianza.
Ayúdanos a construir un mundo
donde la vida humana está siempre
apreciada y defendida,
toda forma de violencia desterrada,
la paz de todos buscada tenazmente.
¡Virgen Inmaculada!
concédenos celebrar y adorar
con fe renovada y amor ardiente
el santo misterio del
Cuerpo y Sangre de Cristo.
En tu escuela,
Oh Mujer de la Eucaristía,
enséñanos a recordar las maravillas
que Dios nunca deja de trabajar en
corazones humanos.
Con ternura maternal, Virgen María,
guía nuestros pasos siempre sobre el
camino del bien. ¡Amén!
– Papa San Juan Pablo II