“To win the entire world for the Immaculata and, through her, for the Most Sacred Heart of Jesus.” - St. Maximilian Kolbe
Consagración a María

Día Ocho: En comunión y solidaridad con los demás

Esta novena incluye: oración inicial diaria, lecturas de los escritos de San Maximiliano Kolbe (KW), intención de oración, “Gracia para hoy” y oración final diaria.

Oración de apertura diaria

Eres toda hermosa, María,
y la mancha original no está en ti.
Eres la gloria de Jerusalén,
tú eres la alegría de Israel,
das honor a nuestro pueblo.
Eres la defensora de los pecadores.
Oh María,
Virgen prudente,
Madre misericordiosa,
ruega por nosotros, intercede por nosotros,
con el Señor Jesucristo.

Oh Dios, que por la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen preparaste una morada digna para tu Hijo, concede, te rogamos, que, así como la preservaste de toda mancha en virtud de la muerte de tu Hijo, que previste, así, por su intercesión, nosotros también podemos ser limpiados y admitidos en tu presencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Una lectura de los escritos de San Maximiliano Kolbe

Un medio que aumenta notablemente los frutos de los esfuerzos es la unión entre almas semejantes para tender al fin con las fuerzas de todas ellas. Por eso nació la asociación de la Milicia de la Inmaculada, que, hasta en su forma jurídica más sencilla, que no requiere una organización rigurosa, permite a las almas no sólo lograr las indulgencias concedidas por las Sede Apostólica, sino también profundizar el ideal de la Milicia de la Inmaculada y aplicarlo a las circunstancias ordinarias de la vida concreta. Además, a través de la Sede Central, pueden intercambiar sus puntos de vista y sus intenciones.

Así pues, llegar a ser propiedad de la Inmaculada cada vez más, buscar pertenecerle a Ella de manera cada vez más perfecta y en todos los aspectos sin excepción alguna, tratar de profundizar cada vez más la pertenencia a Ella hasta el punto de poder alumbrar, enfervorizar e inflamar a las almas que viven en el ambiente circunstante, hasta hacerlas semejantes a sí, conquistarlas para la Inmaculada, a fin de que también ellas le pertenezcan sin restricciones; y ello para ganar de ese modo un número de almas cada vez mayor, conquistar el mundo entero, pero conquistarlo  en el menor tiempo posible, cuanto antes, hasta profundizar  cada vez más este ideal en las almas que viven ahora  y en las que vivirán  en el futuro, y no permitir a nadie, ni siquiera por poco tiempo, que arranque de ningún alma el estandarte de la Inmaculada: ésta es la tarea del caballero de la Inmaculada.

Siendo, de ese modo, cada vez más propiedad de la Inmaculada hasta llegar a conquistar, como caballero, ejércitos cada vez más numerosos de almas y, haciéndose por medio de la Inmaculada, propiedad de Jesús y, por medio de Él, de manera cada vez más perfecta, propiedad del Padre celeste, el alma llega a ser cada vez más caballero de la Inmaculada, penetra cada vez más profundamente en la esencia de la Milicia de la Inmaculada. (KW 1329)

Intención de oración

Para todos los jóvenes en su búsqueda de la verdad, la belleza y la bondad, que se encuentran en Nuestro Señor Jesucristo.

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria.

Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti, y por todos aquellos que no recurren a ti, especialmente los enemigos de la Santa Iglesia y todos aquellos que te son recomendados.

Gracia para hoy

Generosidad al vivir mi llamada como discípulo misionero siguiendo los pasos de Nuestra Señora y San Maximiliano.

Oración final diaria

¡Virgen Inmaculada!
Tu impecable belleza espiritual
es para nosotros una fuente viva de
confianza y esperanza.
Tenerte como Madre, Virgen Santísima,
nos tranquiliza en el camino de la vida
como promesa de salvación eterna.
Por esto, oh María,
recurrimos a ti
con confianza.
Ayúdanos a construir un mundo
donde la vida humana está siempre
apreciada y defendida,
toda forma de violencia desterrada,
la paz de todos buscada tenazmente.
¡Virgen Inmaculada!
concédenos celebrar y adorar
con fe renovada y amor ardiente
el santo misterio del
Cuerpo y Sangre de Cristo.
En tu escuela,
Oh Mujer de la Eucaristía,
enséñanos a recordar las maravillas
que Dios nunca deja de trabajar en
corazones humanos.
Con ternura maternal, Virgen María,
guía nuestros pasos siempre sobre el
camino del bien. ¡Amén!

– Papa San Juan Pablo II